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Arrate

Hace mucho, el día de San Miguel del año 1600, siendo alcalde Domingo de Areeta, decidieron y redactaron lo siguiente en el Concejo de Eibar: "La cofradía de Arexita es y se entiende todo lo que está de la casa de Urquizu abajo inclusa la dicha casa hasta Zaturio". Los años han pasado rápido, y Eibar ha cambiado mucho, pero el valle de Arrate sigue donde estaba.

El barrio está formado por los terrenos que van desde Eltzartzaga hasta Zaturio, incluidos los terrenos de los arroyos Zubiaga y Argiñao y de la zona de Arramendi, y no ha cambiado demasiado. De hecho, hoy en día será el barrio de Arrate seguramente, junto al barrio de Agiñaga, el barrio en el que mejor se han conservado los caseríos y el mundo rural. A pesar de ser un barrio pequeño en cuanto a terrenos, cuenta con numerosos caseríos, y la mayoría están en funcionamiento.

Arrate

El barrio de Arrate, no hace falta decirlo, ha vivido y vive en torno a su basílica. Durante muchos años ha sido conocido con los nombres de Arexita y Arizmendi (allí están todavía los caseríos del mismo nombre), pero hace mucho fue bautizado con el nombre de Arrate (o Arriarte), nombre que hoy en día es de sobra conocido en toda Euskal Herria. Ese ha sido el lugar en el que se han reunido todos los vecinos. Para ir a misa, subían allí; las fiestas más conocidas eran las de allí; los mejores partidos de pelota, las pruebas de bueyes más duras y los bailes más bellos tenían lugar allí. El bar, conocido hoy en día con el nombre de Kantabria, se encuentra desde hace tiempo en el primer piso del caserío Bekoetxea. Pero la vida de los vecinos del barrio de Arrate no se ha limitado a ese lugar. También Maltzaga ha tenido una gran importancia hasta hace poco. Hasta aproximadamente el año 1955, Maltzaga se llenaba de gente todos los días festivos, ya que allí tenían lugar romerías a las que acudía mucha gente de los alrededores a bailar: allí se juntaban los domingos baserritarras de los caseríos del barrio de Arrate, de Kiñarra, vecinos de la zona de Azitain y también algunos baserritarras de Soraluze, en la venta de Maltzaga, con la intención de pasar la tarde con música y en un ambiente festivo. En Maltzaga mismo, había otras dos ermitas: una, de nombre Arrate, y la otra, la que fue construida en 1927 en honor a San Rafael. Las dos han desaparecido. También existe una cuarta ermita en el barrio, la ermita de San Martín, al lado del caserío del mismo nombre.

En Eibar no faltan cuestas, pero si en algún lugar hay cuestas empinadas, eso es en Arrate. ¡Menudas rampas! A pesar de todo, el terreno es bastante bueno, y los baserritarras del barrio, tras sudar lo suyo, han obtenido buenas cosechas durante muchos años. El maíz y el trigo han sido la base de los caseríos durante los últimos siglos, pero también se obtienen otras muchas hortalizas aprovechando los fértiles terrenos de los alrededores, sin olvidarnos de las ricas manzanas para hacer sidra y de las castañas que proporcionan los montes. Pero, además de hortalizas, trigo, fruta, maíz y demás, el barrio de Arrate proporciona lo que ningún otro barrio del mundo, lo mejor de todo: ¡los niños! Mientras los niños de otras localidades vienen de París, los de los alrededores de Eibar y Elgoibar venimos de Arrate, pues según la leyenda de ahí brota la vida. No solo eso: además de traer niños, Arrate es el lugar al que acuden quienes buscan pareja. La virgen de Arrate, además, sabe curar y bendecir a los niños.

En cuanto a los caseríos más significativos de Arrate, habría que mencionar desde el primero hasta el último, ya que todos tienen cosas para contar. Por su valor histórico y artístico, por ejemplo, todos nosotros destacamos Sagartegieta, Untzeta y Barrenetxe. Son edificios hermosos (Sagartegieta, por desgracia, se encuentra medio derruido, pero ha sido un hermoso palacio) y han tenido gran renombre en la historia. No podemos olvidar, sin embargo, el resto. Los caseríos Arizmendi (Arizmendi, Arizmendiguena y Arizmendi Sanjuangua) también han tenido una enorme importancia en la historia del barrio, y durante los siglos XVII y XVIII, al parecer, la vida del barrio giraba en torno al caserío Arizmendi. Además de esos, también son conocidos en Eibar los caseríos Lezeta, Kutunegieta, Argiñao, Arexita y Pagoaga, entre otros.

Al hablar de este barrio, no podemos olvidarnos de los cuatro molinos que han estado funcionando hasta mediados del siglo pasado. El más conocido para la mayoría será Apalategi, el cual fue derribado en 1994, para ensanchar el cauce del río Ego. Era el más grande de todos, y la mayoría de los baserritarras de los alrededores lo utilizaban, para moler el trigo y el maíz obtenido tras trabajar lo suyo. Además, al lado de las aguas que bajaban con fuerza de Kalamua, Garagoiti y Aitzeta había otros tres molinos: Barrenetxeerrota, Irunaga-errota y Osoro-errota. Los dos últimos pertenecían a Elgoibar, pero de muchos caseríos de Eibar llevaban allí el trigo y el maíz. El otro, Barrenetxeerrota, era propiedad del caserío Barrenetxe, y se encontraba debajo del caserío Sanjuangoa. Esos tres caseríos estuvieron en funcionamiento hasta mediados de siglo, pero hoy en día están en ruinas y cogidos por las zarzas.

Los caseríos del barrio

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