Alberto Ormaetxea
Futbolista, 07-04-1939
El club txuriurdin lo empleó primero en el Sanse, que entonces estaba en 2ª División, en la posición de lateral, alternando en ambas bandas. En 1962, con la Real en 2ª División y el Sanse en 3ª, Ormaetxea tuvo la oportunidad de debutar, ante el Orense, con el primer equipo.
El eibarrés no dejaría ya el primer equipo txuriurdin, y jugó con él un total de 280 partidos, en los que marcó dos goles, hasta que una hernia discal y problemas de menisco le llevaron a dejar el terreno de juego en 1973, tras 12 años con la Real. Como jugador, Ormaetxea había formado parte de aquella legendaria alineación que en la temporada 66/67, bajo la batuta de Andoni Elizondo, había encadenado la legendaria racha de 14 victorias en 15 partidos que habían llevado al fin a la Real de vuelta a Primera.
Ormaetxea no dejó el futbol. Como muchos otros jugadores, pasó a convertirse en técnico poniendo su experiencia y buen hacer a trabajar. Su nueva etapa como técnico también comenzó en Eibar, y su carrera de jugador, su tesón y su buen hacer le llevaron tres años después a entrar en el cuerpo técnico de la Real. Una vez más, comenzó desde abajo; en esta ocasión, como ayudante de Rafael Iriondo, Andoni Elizondo y José Antonio Irulegi.
Ormaetxea se hizo cargo del banquillo de la Real en 1978, y, aunque los resultados de esa campaña parecieron algo decepcionantes, lo cierto es que la Real se asomaba a la que ha sido su época más fructífera deportivamente hablando. Ormaetxea llevaría a los txuriurdines a conquistar dos ligas, las de las temporadas 80/81 y 81/82, y la Supercopa de la temporada 82/83. Los resultados de Ormaetxea hablan por sí mismos: es el segundo entrenador de la Real que más partidos ha disputado, pero entre los cinco entrenadores con más de 100 partidos en su haber es, con diferencia, el que puede presumir de un mayor porcentaje de partidos ganados sobre el total (un 47%), y, no sólo eso, su porcentaje de partidos perdidos (25%) también es el menor.
Ormaetxea dejó la Real en 1985, tras siete temporadas memorables, y, tras trabajar como entrenador del Hércules en 2ª, dejó definitivamente el fútbol en 1987. Su carácter serio y trabajador —parco en palabras, generoso en resultados— se apagó en el 2005, tras una disputada remontada, que intentó pero no pudo coronar, contra una larga enfermedad. Todos los años se celebra en Eibar un partido de homenaje en su memoria.