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Edificio singular y simbólico para Eibar, el Santuario de Arrate alberga en su interior una estructura arquitectónica de gran valor: su bóveda o techumbre artesonada de madera.

07/09/2022
Su época de construcción se enmarca dentro de las obras de reedificación de la ermita llevadas a cabo entre 1577 y 1583.

Techumbre artesonada de Arrate.

El próximo día 8 de septiembre las eibarresas y eibarreses celebraremos, otro año más, la festividad de Arrate. Serán muchas las personas que se acercarán a este singular y simbólico edificio de origen medieval del que ya se tiene noticia de su existencia, o al menos de un templo anterior,  a mediados del siglo XV. Catalogado como de especial protección, nivel B, por el Plan General de Ordenación Eibar, el conjunto del santuario fue calificado como de interés cultural en 1997 y propuesto para su declaración de monumento en 2011. El edificio actual es fruto de la actividad constructiva llevada a cabo a lo largo del siglo XVI, fundamentalmente, y del siglo XVII. El arquitecto de Urbanismo del Ayuntamiento de Eibar, Oskar Bell Fernández, destaca lo siguiente en su reseña:

“Me gustaría poner en valor una de las singulares estructuras arquitectónicas que todavía alberga en su interior, y a la que probablemente no miremos con la importancia que ésta merece: su bóveda o techumbre artesonada de madera. Su época de construcción se enmarca dentro de las obras de reedificación de la ermita llevadas a cabo entre 1577 y 1583.

El empleo de la madera en construcción ha sido constante a lo largo de la historia, material ligero en comparación con la piedra, fácil de trabajar y resistente, era empleado por las sociedades donde su presencia en los bosques cercanos era abundante. Euskal Herria no era una excepción,  y el uso de la madera servía tanto para sistemas constructivos provisionales, cimbras para la sujeción temporal de arcos, andamios, mecanismos auxiliares de elevación etc., como para sistemas constructivos definitivos, barcos, cubiertas de edificios y bóvedas de madera entre otros. Claros y destacados ejemplos son las bóvedas de la Iglesia de Ibarrangelua y  Zaldivar en Bizkaia, San Martin de Tours en Urretxu y la iglesia de San Miguel de Araotz de Oñati en Gipuzkoa, o las de Zuraide y Hendaya en Iparralde por citar algunos.

Aunque ahora consideremos la madera como un material noble, en época medieval y moderna, el material de primer nivel era sin duda la piedra, mucho más duradera y resistente, con menor mantenimiento y con un comportamiento al fuego más eficaz. Pensemos en lo sucedido en la Catedral de Notre Dame de París, donde la estructura de cubierta era de madera y las bóvedas de piedra. A pesar del desastre, casi la totalidad de las bóvedas de piedra aguantaron las consecuencias del incendio. En una época en que construir techos y bóvedas de madera era notablemente más barato que las de piedra, tras un incendio, o simplemente por la designación del edificio como de un rango eclesiástico superior, las bóvedas de madera se reemplazaban por las de piedra.

Aunque formalmente una bóveda de piedra y otra de madera sean idénticas  estructuralmente son completamente diferentes. Una bóveda de piedra, basada en arcos, genera unos empujes horizontales importantes debido a su peso y forma, contra más plano sea un arco mayores empujes horizontales genera. Estos esfuerzos hay que contrarrestarlos y dirigirlos adecuadamente hasta los cimientos con sendos sistemas constructivos: contrafuertes, muros, arbotantes etc. Sin embargo, en una estructura abovedada de madera, existen piezas específicas del sistema: los tirantes, que absorben esos empujes horizontales sin necesidad de elementos constructivos añadidos. Permitiendo de este modo que las cargas sean verticales y por tanto toda la estructura más sencilla. Si queremos ver que le pasa a un edificio, estructuralmente pensado para ser cubierto con bóvedas de madera, en el que se sustituyen éstas por bóvedas de piedra no tenemos más que acercarnos a la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz.

Todo ello hace que la sola permanencia de una estructura abovedada en nuestro entorno sea ya un motivo de alegría para los que restauramos y trabajamos con el patrimonio construido que forma nuestro pasaje arquitectónico. Desgraciadamente existen casos como la Ermita de Nª señora de la Antigua en Zumarraga en los que la espectacularidad de la madera que vemos hoy no es si no el fruto de la eliminación de las bóvedas originales de madera sobre pechinas que cubrían el templo. En San Pedro de Olarte, Orozko, por lo menos se ha conservado la bóveda de crucería del presbiterio que permite imaginar y entender, como había sido la totalidad de la nave abovedada. En nuestro caso, es precisamente la basílica de Arrate el mejor ejemplo de este tipo singular de estructuras de madera de todo el municipio de Eibar, cuya tipología de cañón formado por sucesivas estructuras paralelas de madera, de 3 y 5 piezas que se arquean en el encuentro con los muros de carga se puede encontrar también en: la ermita de San Andrés de Soraluce, la Ermita de San Jacinto de Atxondoa en Markina-Xemein, la de Santa Cruz de Etxarte en Etxeberria o las de San Juan de Luz, Urruña y la Bastide-Clairance en Iparralde. Estas últimas sin el característico acabado de artesonado, a cinta y saetín de las techumbres de hegoalde.

No era mi intención, al escribir esta nota, recrearme en la descripción histórico-artística y arquitectónica del edificio y de la propia estructura de madera de la Basílica de Arrate. Tan sólo generar interés en este tipo de estructuras de madera y que el próximo día 8, y cada vez que nos acerquemos al Santuario, seamos un poco más conscientes de la singularidad de una estructura que forma parte de nuestro patrimonio y que es sin duda un elemento de especial relevancia, a valorar y proteger del mismo modo que el retablo o la obra pictórica de Zuloaga. Me pregunto, además, si debido a la presencia de contrafuertes exteriores no estaría pensado el edificio para ser cubierto, inicialmente, con una bóveda de piedra. En cualquier caso Santa María de Arrate es nuestra bóveda de madera singular.”

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