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Antiguas tradiciones eibarresas de San Juan: la bendición de la sorba, la hoguera y las cruces de fresno

15/06/2023
La sorba se bendecía ante la imagén del San Juan Bautista que se conserva en la Residencia San Andrés, una escultura barroca del siglo XVII de la desaparecida ermita de San Juan.

Imagen de San Juan, de la desaparecida ermita de Unzaga. Foto: Archivo Municipal de Eibar

Según las antiguas tradiciones eibarresas, la sorba era un ramillete compuesto por diferentes plantas que se utilizaba cuando había tormenta: se encendía una vela bendecida el día de la Candelaria (2 de febrero), se cogía una rama de la "sorba" y se invocaba a Santa Bárbara diciendo "Santa Barbara, Santa Kruz, jauna balio jakiguz..." . Lo que sobraba de dicha sorba se quemaba en la hoguera la víspera de San Juan. En este sentido es de gran interés el testimonio de Felisa Loyola. La palabra ‘sorba’ procede, por lo tanto, de la ‘sobra’ citada.

En la sorba se ponía trigo, planta de maíz o avena en el centro, destacando en altura; después, a menor altura, puerros, ajos, cebollas; y, por último las buenas y las malas hierbas, flores o plantas: verbena, rosas, la flor de San Juan, hinojo, belladona, menta, ramitas de guindo, saúco, romero, laurel... Actualmente sólo destaca la parte floral y normalmente no hay trigo o avena salvo en las sorbas de los caseríos que todos los años siembran unos granos de trigo con ese único objeto.

Antiguamente, el día de San Juan por la mañana, los baserritarras acudían a Arrate a bendecir el ramo; posteriormente, fue la capilla del viejo Hospital dedicada a San Juan el lugar que acogió la bendición de las sorbas hasta la década de los 70 del siglo pasado. En torno a la imagen de San Juan hay que mencionar que en un informe realizado por la archivera municipal Yolanda Ruiz-Urbón destaca que “En el antiguo paseo de Ulsaga, hoy Plaza de Untzaga, existía, adosada por su parte derecha a la conocida como Casa Real o Errege-etxea, la ermita de San Juan. Constaba de un único altar, separado el presbiterio de la nave por una verja de hierro forjado. Fue construida en la mitad del siglo XVI y derribada en 1901 para ejecutar las obras de construcción del nuevo edificio de la Casa Consistorial y ampliación de la Plaza proyectadas por el arquitecto Ramón Cortazar.  Ese mismo año de 1901 se construyó el nuevo Hospital Asilo, dedicando su capilla a San Juan Bautista por lo que se procedió a colocar en el altar mayor la imagen del Santo que hasta ese momento había permanecido en la ermita de Ulsaga.”

En la Iglesia de Azitain, tras la bendición de las sorbas (año 2017). Foto: Iglesia de Azitain.

Hace ya muchos años que la sorba se bendice en la iglesia de Azitain el día 24 por la mañana, un lugar también relacionado con la figura del santo, ya que durante muchos siglos la misa mayor del día de San Juan se celebraba en Azitain, pero, debido a que en dichas fechas hacía demasiado calor y Azitain estaba alejado del casco, en 1664 el Concejo eliminó la antigua costumbre y, desde entonces, la misa empezó a celebrarse en la parroquia. Tras la celebración, los miembros del Concejo iban en procesión a la ermita de San Juan de “Ulsaga”.

Una vez bendecido, el ramo se deja secar y se guarda durante todo el año hasta la siguiente víspera de San Juan. Entonces, se echa a la hoguera con el siguiente conjuro:

San Juan, San Juan
Arrautza bi kolkuan
Beste bi altzuan
Lapurrak eta sorgiñak erre, erre!
Garixak eta artuak gorde, gorde!

Aún perdura otra vieja tradición en algunos caseríos eibarreses: la de hacer cruces la mañana de San Juan con ramas de fresno y colocarlas en las puertas del caserío. No hace tantos años que dichas cruces se ponían también en los campos de labrantío, pero se ha ido perdiendo a medida que pasa el tiempo.

También persiste una costumbre de reminiscencias paganas que consiste en dejar la ‘sorba’ a la intemperie la víspera de la noche de San Juan para que se bendiga bajo la luna y con el rocío de la mañana.

Todos los ritos de San Juan son símbolos de creencias, usos y costumbres ancestrales que nos transportan a lo esencial de nuestra cultura.

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