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BOJ Olañeta SL: 110 años de producción expuestos en el Museo de Eibar

19/11/2015
La empresa eibarresa BOJ Olañeta SL cumple 110 años y para celebrar dicha conmemoración ha preparado una gran exposición de sus trabajos en el Museo de Eibar.

BOJ Olañeta SL:  la larga  trayectoria de una empresa centenaria.

1905. En el año 1905, los eibarreses Manuel Barrenechea, Bernardo Olañeta y Vicente Juaristi fundaron la empresa BOJ, acrónimo que se creó con las iniciales de los apellidos de los tres fundadores: la B de Barrenechea, la O de Olañeta y la J de Juaristi. 

La empresa estuvo radicada en la calle Jardines de 1905 a 1939. Ese último año, compró una parcela de terreno en Matxaria y se trasladó a dicho lugar.  La nueva sede se inauguró el 24 de julio de 1940 y en la actualidad, 75 años después,  sigue en el mismo lugar. 

En los comienzos, Manuel Barrenechea se dedicó a dibujar y a fabricar punzones de acuñación, pero, después enfocó su quehacer profesional en el campo del grabado industrial.  Bernardo Olañeta era ducho en el arte de hacer plantillas para el damasquinado y también en con el punzón.  Vicente Juaristi era armero de oficio, pero con el paso de los años se convirtió en un comercial inmejorable.

Entre los trabajos de aquellos inicios de la empresa tenemos, entre otros muchos objetos, los siguientes: la insignia y el punzón de la inauguración de la Escuela de Armería (1914), la medalla conmemorativa de la Exposición Regional Vasca de Arte y Provincial de Industrias Guipuzcoanas del mismo año; el emblema de la Banda de Música La Marcial de 1917, y emblema de los gudaris de 1936 grabado por Manuel Barrenechea.  

El año 1922 fue especial para los tres industriales, pues fue en aquel año cuando decidieron comprar los derechos de una patente para producir hebillas de cinturón.  En la mayoría de las hebillas se utilizaban motivos religiosos pero también se utilizaron insignias de diferentes clubs de fútbol. Uno de los hechos más destacables en la fabricación de hebillas fue el uso del taladro, nada habitual en la época.

Resulta imposible conocer los datos de fabricación de aquellos años: solo se han conservado dos libros anteriores a la guerra del 36,  ejemplares que se muestran en la exposición.

En los años 1932-33 la empresa se dedicó a la fabricación de las monedas que se utilizaban en los economatos de las cooperativas.  También patentaron en aquellos años un cortaplumas que se usaba tanto en estampación como en publicidad de ferretería. Fue entonces cuando empezaron a producir el sacacorchos de doble palanca, una de las piezas más significativas de la historia de BOJ.

Cuando acabó la guerra civil se especializaron en sacacorchos de palanca doble y comenzaron a producir nuevos productos: máquinas de afeitar, pinzas de depilación, candados o cerraduras. Hay que destacar que muchos otros talleres  han adoptado como suyo el diseño del sacacorchos de doble palanca que se debe a David Olañeta, un diseño que ha traspasado fronteras.

La manera de trabajar de David Olañeta ha sido ejemplar, la de un industrial dedicado en cuerpo y alma a su empresa. Cursó sus estudios en la Escuela de Armería y,  nada más finalizar su periodo formativo, ocupó uno de los puestos de profesor de la misma.  Pero el centro de su vida era el taller familiar y se entregó a dicho quehacer hasta el día de su jubilación. Durante un largo periodo de tiempo Olañeta fue a la vez responsable del taller y  de la oficina técnica en donde  desarrolló sistemas que trajeron de muchos avances en los procesos de fabricación. 

Otro de los productos más conocidos es el saca-corchos de pared,  patentado en el año 1959.  Actualmente, junto con el abridor de latas, es uno de los ingenios más difundidos de la marca centenaria eibarresa BOJ que sigue produciendo acorde con las exigencias del mercado actual.

Puedes descargarte el catálogo que ha publicado BOJ con motivo del aniversario (PDF, 3 Mb).

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