Ego Ibarra 2014: Olga Arizmendiarrieta dona el legado de su padre Santiago Arizmendiarrieta al pueblo de Eibar
Foto: Plazaola (cedida por Olga Arizmendiarrieta).
Club Deportivo Eibar. El maestro de esperanto y los alumnos. En el centro de la foto, sentado, Santiago Arizmendiarrieta con su hija Olga detrás. Su esposa Victoria está a la izquierda de la foto con Jose “Querido”, de pie, a su lado. También están Petrus, Imanol Laspiur, Arrate Ibargutxi...
Entre dichos escritos hay que destacar el libro “La guerra civil española. 20 meses prisionero” , un relato de memorias inédito sobre las vicisitudes vividas por el propio autor desde el 18 de julio de 1936 hasta el 14 de mayo de 1939, obra que será publicada por la comisión Ego Ibarra del Ayuntamiento en el ejercicio 2015.
La donación de Olga Arizmendiarrieta será objeto de una completa clasificación y catalogación durante el presente ejercicio para poder dar debida cuenta de la misma en el pleno muncipal y depositarlo en el Archivo Municipal. Al mismo tiempo, se desarrollará el trabajo de pre-edición de textos así como la labor de recopilación de fuentes, información y documentación para la ulterior publicación de la obra citada.
Santiago Arizmendiarrieta Mandiola. Nació en Eibar el 1 de mayo de 1903. Hijo de José Ramón Arizmendiarrieta del caserío Iturbe de Barinaga y de Josefa Mandiola del caserío Maxubei de Markina-Etxeberri, familia compuesta de cinco hijos, cuatro chicos y una chica: Santiago, María, Alejandro, José y Miguel. .
Empezó a trabajar con trece años con su padre como pulidor en el taller de Tomás Urizar, puesto que dejó para trabajar en la cooperativa de la Casa del Pueblo en el año 1925 y, posteriormente, como bedel del Instituto Elemental de 2ª Enseñanza de Eibar, labor que compartió con Angel Loidi hasta la guerra civil. También fue secretario-contador de la sección de “Salud y Cultura” de la Casa del Pueblo en los años en los que la presidencia estaba en manos de Candido Eguren. Santiago Arizmendiarrieta se casó con la eibarresa Victoria Urriategui Garate y tuvieron una hija, Olga,la donante del legado, nacida en el año 1932.
Sus estudios se limitaron a las clases que recibió en las escuelas del Ayuntamiento y como dice en sus Memorias, aún inéditas, se ve a sí mismo como “un obrero manual sin más letras que las que se podían adquirir en una escuela regentada por D. Eusebio del Barrio y que empezó a trabajar como aprendiz pulidor junto a su padre a los 13 años de edad”.
Sin embargo, gracias a su espíritu autodidacta y a su ansia de saber se convirtió en un hombre instruido y gran conocedor del esperanto, superando incluso a su maestro e íntimo amigo Toribio Etxebarria. Arizmendiarrieta impartió clases de esperanto en el Club Deportivo de Eibar y era habitual que acudiera a reuniones y a congresos de Esperanto (Oviedo, Bilbao, la Universala Kongreso de Madrid en el 1968).
Al comienzo de la contienda, fue destinado a la comisaría de Abastos de Eibar. Después de múltiples labores en diferentes puestos dependientes del departamento de Abastos del Gobierno Vasco, y una vez que su familia ya había partido al exilio francés, fue embarcado en Santoña en el barco inglés “Seven Seas Spray”, barco que fue interceptado y todos sus pasajeros hechos prisioneros por los italianos. El 28 de agosto de 1937 entró en el penal del Dueso y de allí lo llevaron a los Batallones de Trabajadores en los que permaneció preso -después de un largo y penoso periplo de trabajos y penurias desde Burgos hasta el Albarracín relatadas con una gran dosis de ironía y fino humor por el autor- hasta el 9 de mayo de 1939, fecha en la quedó en libertad. Al regresar, volvió a trabajar de pulidor con su hermano Alejandro en el taller de Juan Urizar, sitó en la calle Ardanza. Posteriormente, fue encarcelado en Ondarreta y al salir de prisión trabajo en Gernika durante unos años hasta que encontró trabajo en Eibar.
Murió el 19 de mayo de 1977, siete años después de la muerte de su esposa Victoria, fallecida el 15 de abril de 1970.
La figura de Santiago Arizmendiarrieta, poco conocida y aún menos analizada, se refleja en diversas obras de Toribio Etxebarria, pero, sobre todo, cobra especial relevancia en el libro “Viaje por el país de los recuerdos” y en “Ibiltarixanak”.
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