El trabajo de Josu Ozaita y Jaime Altuna sobre la Evolución de las celebraciones de Halloween o la Noche de Difuntos en Euskal Herria y el estudio del discurso, las vivencias y las prácticas de los participantes, galardonado con la Beca Juan San Martin'15

Breve resumen del trabajo.

Es un hecho que la fiesta de Halloween está apropiándose de las calles del País Vasco a través de los diferentes medios de comunicación estadounidenses, mediante las producciones culturales y la industria del consumo puesto que contiene unas características muy atrayentes para la población más joven: la posibilidad de jugar con la oscuridad y el miedo, la oportunidad de disfrazarse y la excusa perfecta para atiborrarse de dulces. Sin embargo, los adultos no aceptan esa fiesta ‘de importación’, un evento que parece un invento de la industria cultural foránea. Pero, a la vez, esos mismos adultos desconocen que esa tradición tiene también sus referencias y sus ritos propios en la cultura popular vasca, cuando, a principios del siglo pasado, existía la costumbre de coger calabazas, vaciarlas y poner unas velas encendidas en su interior para colocarlas en los cruces de caminos y hacer rondalla de casa en casa, a semejanza de otras fiestas del solsticio de invierno. La noche del 31 de octubre era una fiesta muy extendida en amplias zonas del país.

El análisis que esperan llevar a cabo parte de una propuesta novedosa: analizar el fenómeno desde los ojos y el discurso de los más pequeños y exponer el proceso de una larga tradición que, inexorablemente, está en un continuo vaivén.

Los premiados no son neófitos en el mundo de la investigación; Ozaita realizó un excelente trabajo sobre la utilización de las formas verbales del tuteo entre la población juvenil de Tolosa y Jaime Altuna lleva muchos años analizando el uso del lenguaje juvenil y dando a conocer los juegos infantiles tradicionales.