San Juan sorba y cruces de fresno: Viejas tradiciones eibarresas.

Según la tradición la “sorba” es un ramillete compuesto por diferentes hierbas que se utilizaba cuando tronaba: se encendía una vela bendecida, se cogía un poco de la “sorba” y se decía “Santa Bárbara, Santa Cruz, jauna balio jakiguz…” . Lo que sobraba de dicha “sorba” se quemaba en la hoguera la víspera de San Juan. Es interesante el testimonio que ofrece Juanita Loiola al respecto (eibartarren ahotan, egoibarra.eus).

En la ‘sorba’ se ponía trigo o avena en el medio, destacando en altura; después, a menor altura, puerros, ajos, cebollas; luego las  buenas y malas hierbas o plantas –verbena, hinojo, belladona, acedilla,  menta…-; ramitas de guindo, saúco, romero, laurel…

La composición del ramillete no ha sufrido mucha variación, la composición es parecida pero actualmente destaca la parte floral y normalmente no hay trigo o avena –salvo en las ‘sorbas’ de los caseríos que todos los años siembran unos granos de trigo con ese único objeto—. El ramo es siempre elegante, redondeado y con diferentes alturas.

El día de San Juan por la mañana, los baserritarras acudían a Arrate a bendecir el ramo; después, fue la capilla del viejo Hospital el lugar en donde se bendecían; actualmente  los ramilletes se bendicen en la iglesia de Azitain. Sin embargo, existe también una costumbre de claras reminiscencias paganas que consiste en dejar el ramo a la intemperie la víspera de la noche de San Juan para que se bendiga bajo el resplandor de la luna y con el rocío de la mañana.

El ramo se deja secar  y se guarda durante todo el año hasta la siguiente víspera de San Juan. Entonces, se hace la hoguera y se echa al fuego con el siguiente conjuro:

San Juan, San Juan
Arrautza bi kolkuan
Beste bi altzuan
Lapurrak eta sorgiñak erre, erre!
Garixak eta artuak gorde, gorde!

También se mantiene otra vieja tradición en los caseríos eibarreses: la de hacer cruces la mañana de San Juan con ramas de fresno y colocarlas en las puertas del caserío. No hace tantos años que dichas cruces se ponían también en los campos de labrantío, pero, desgraciadamente, esa costumbre se ha ido perdiendo en Eibar.