Eibartarren Ahotan: las últimas personas entrevistadas ofrecen mucha información sobre la ciudad desde perspectivas muy diferentes
Interior de la primera tienda de la Cooperativa de Consumo Juan XXIII en Urkizu. Foto: Archivo Municipal de Eibar
Roberto Aizpurua Leyaristi, concejal y sindicalista; Alberto Alava Martínez, miembro de EMK; Julio Arbulu Gallastegi, fraile de los Carmelitas; Serafin Basauri Arteaga, vascófilo; Felix Berraondo Echeverría, trabajador; Augusto Borderas Gaztambide, pediatra; Antonio Cancelo Alonso, fundador de la cooperativa de consumo Juan XXIII y Eroski; Matilde Isasi-Isasmendi Gallastegi, matrona; Andresi Zabala Abasolo, practicante; y Mikel Usobiaga Iriondo, miembro de la antigua asociación Gure Herria.
Roberto Aizpurua dice que antes de la muerte de Franco ya comenzó a percibirse un cierto aire de libertad y recuerda la época de concejal en el primer Ayuntamiento democrático de Eibar.
Serafín Basauri estuvo organizando el congreso de Euskaltzaindia que se celebró en Eibar (noviembre 1959), y, pese a que imperaba el franquismo, afirma que en el Ayuntamiento había un ambiente favorable a la lengua vasca y que el alcalde Eguren hizo su salutación en euskera. Mikel Usobiaga recuerda las obras y los proyectos realizados en los años 70 gracias a la Asociación Gure Herria: el camino de las torres de Amaña a la escuela, el autobús municipal, la primera guardería de Arratebide…
El fraile Julio Arbulu destaca la escuela para adultos de la parroquia de los Carmelitas creada en 1965, una escuela gratuita en la que los gastos se pagaban a través de una Junta Rectora que trabajaba para hacer viable el proyecto. La escuela duró 20 años y considera que ha sido el mejor servicio que han prestado los carmelitas en Eibar.
Alberto Álava dice que, tras la muerte de Franco, los militantes de EMK no estaban de acuerdo con el proceso que se desarrolló en la Transición; que el PCE fue durante el franquismo el partido que mayor resistencia opuso al régimen, pero después no obtuvieron buenos resultados electorales.
Félix Berraondo conoció el carlismo en casa desde su niñez y recuerda cómo el 25 de julio de 1936 su padre Juan Berraondo y otros requetés eibarreses fueron enviados a Somosierra, donde murieron Guruceta y Arrieta. Recuerda muchos detalles sobre la vida eibarresa en la posguerra.
Cuenta Andresi Zabala que ALFA abrió una consulta para los niños y niñas de los obreros en el nº 13 de la calle Julián Etxeberria en la que fue enfermera. Alude a las circunstancias de entonces y al trabajo de practicante que hacía a domicilio.
El pediatra Augusto Borderas llegó a Eibar en octubre de 1958, a los 26 años de edad y vivió en la calle Estaziño, en la pensión de Carmen Aramberri. En Eibar había médicos de famlia pero no pediatras de familia hasta su llegada. Gracias a su mediación llegó a Eibar el pediatra Basilio Rodríguez Castro.
Antonio Cancelo habla de la creación del Grupo TEFISO, de las cooperativas de consumo en general (La Eibarresa fue una de las pioneras, en 1956), pero sobre todo del nacimiento de la Cooperativa de Consumo Juan XXIII (1967), presidida por José Lizari, que abrió la primera tienda en Urkizu. Tenía mucho éxito a nivel local, pero sabían que había que organizarse con otras cooperativas de consumo para expandirse; y así crearon Eroski.
La matrona Matilde Isasi-Isasmendi recuerda, entre otras muchas cosas, el grave problema que hubo en Eibar con las drogas, y cómo algunas mujeres crearon una asociación para tratar de dar una solución el problema.
Testimonios que ofrecen retazos de vivencias y nos ayudan a entender mejor nuestra propia historia.
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