Migel de Aginaga Mendigoitia (1634-1693)
El 14 de Octubre de 1.675 recibió la Real Cédula de la reina Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y Regente de España, que había firmado un año antes la autorización para la fundación de la futura Medellín. Cabe señalar la importancia de dicha cédula Real, ya que sin ella hubiese sido imposible tal fundación, pero a decir verdad, en 1.671, el teniente Gobernador Juan Bueso Valdés ya había fundado la Villa Nueva del Valle Aburrá de Nuestra Señora de la Candelaria, por decreto del Gobernador Francisco de Montoya y Salazar, verdadero origen de Medellín.
Con la Cédula Real Migel de Aginaga decretó que se censase a todas las personas que habitaban en aquel valle conociéndose así, la existencia de 158 familias, unos 3.500 habitantes.
Se llamó "La Villa de la Candelaria de Medellín", en honor a Don Pedro de Portocarrero y Luna, conde de Medellín (Extremadura), y comendador de Indias, quien siempre se había mostrado muy favorable a la creación de esta nueva villa.
A la villa se le asignó como patrono San Juan Bautista, (quizás en recuerdo a su Eibar natal) y a Nuestra Señora de la Candelaria.
El mandato de Migel de Aginaga duró hasta el año 1.679. Murió catorce años después, a los 59 años de edad; su testamento fue hallado por un historiador colombiano en el Archivo de Indias de Sevilla en 1.959.
Actualmente, en el centro de la ciudad de Medellín, existe una calle y un edificio público, (sede principal de las empresas públicas de Medellín) con el nombre de Migel de Aginaga.
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