Sirviendo 100 comidas diarias
En Etxaniz, donde trabajaba Roberto, se servía muchísima comida, cerca de cien comidas diarias, ya que eran muchos los estudiantes que frecuentaban el bar. Después de comer se juntaban todos los trabajadores para jugar a cartas y demás, eso sí, hasta que sonara la sirena de la fábrica.
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