Tuvieron tres tiendas de ultramarinos
Después de casarse tuvo una tienda de ultramarinos al lado del bar Cantábrico. Luego tuvieron otra tienda en la calle Generalísimo (hoy Julian Etxeberria) y otra más abajo. Vendían de todo menos carbón: fideos, fruta, arroz, garbanzos, conservas, bacalao, bebidas... Y todo a granel: el aceite, el vino, el coñac... Las botellas se reciclaban y si los clientes no las traían de vuelta, se cobraba el envase. La gente utilizaba capazos. Era más trabajo pero más limpio que ahora. El día fuerte solía ser el sábado.
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